¡ Buenos días !
Un día más en mi vida, un día más de una mujer en cualquier lugar del mundo. Eso es para mí el ocho de Marzo. Hasta me indigna su celebración por lo que tiene de hipócrita y propagandística.
Hace unos meses mi hija me comentaba que habían despedido a una compañera de trabajo por el mero hecho de casarse. Por supuesto el motivo oculto no era ese, sino la posible y natural consecuencia, la maternidad. El oficial tampoco, la empresa sorprendentemente había decidido cerrar ese departamento; fue un paréntesis corto, porque meses después contrató a otra mujer más joven para ocupar el mismo puesto. Indignante ¿verdad?
Otra compañera de esta mujer despedida, recibe la mitad del salario de su antecesor varón, por desempeñar su mismo trabajo, con mejor preparación y logrando los objetivos que él fue incapaz de conseguir. Un hombre puede cobrar el doble que una mujer sin tan siquiera cumplir los objetivos asignados, que por supuesto a ella se le exigen. Indignante también ¿verdad?
Remontémonos diez años atrás..., una mujer recién divorciada accede a su primer trabajo tras su separación. Alcanza los objetivos marcados por la empresa con éxito en pocos meses; este hecho unido al de que es discretamente atractiva, "le pone" a su jefe, casado y con dos hijos. Tras rechazar en numerosas ocasiones sus proposiciones extra laborales, es despedida por no "acceder", aunque claro, el motivo oficial fue otro, después de evaluaciones de evolución favorable, el último informe enviado a la central sufrió un retroceso repentino... ¿Más indignante aún?
Ninguna de estas tres mujeres han denunciado estos hechos discriminatorios, y todos sabemos por qué; ¿para qué añadir un problema más a otro? El ocho de Marzo es una farsa, un lavado de imagen con buenos propósitos que se da la sociedad actual para maquillar la cruda realidad.
Si la crisis y la desigualdad ahora es dura en general, no quiero ni contarles, hombres del mundo, cómo lo es para las mujeres.
Somos las responsables de dos tercios de los trabajos realizados en todo el mundo, pero solo obtenemos el 10% de los ingresos totales, y únicamente el 1% de las propiedades. Igualdad social..., ¿qué igualdad?, solo es un derecho, uno de tantos que se masacran hoy en día. ¿La indignación crece?
No tenemos la igualdad..., ¡no tenemos el poder!, ¿no...?
Pero...¿qué es el poder?, ¿dar órdenes y ganar dinero? ...uummmm el poder no está, y es solo mi opinión, en manos de los hombres que ganan dinero y dan órdenes, sino en las de las personas que mejoran las vidas de todos los que están a su alrededor, y hay muchas mujeres metidas aquí, ¡muchas!
Me aburre la guerra de sexos...
Hombres y mujeres somos distintos, afortunadamente; no superiores ni inferiores el uno al otro.
¡ Sólo distintos ! ; )