martes, 1 de mayo de 2018

Pío pío que yo no he sido




Buenos días,










Yo mantengo que ante un problema hay dos posibilidades, si tiene solución se soluciona y si no, ¡a otra cosa mariposa! 



Es lógico preocuparse por algo hasta atisbar su resolución, ¡claro!, pero ya, hasta ahí, nos ponemos  manos a la obra y se arregla, más tarde o más temprano.



¿Que por aquí no hay salida?, pues no te empeñes en adentrarte más y más, ¡sal!, acéptalo, y sigue, continúa..., no te atasques.



Peeeero, y muy a mi pesar, existe otra opción bastante popular que nos devuelve a la infancia, al "pío pío que yo no he sido" cada vez que nos topamos con dificultades. ¡Señor... si ya entonces me parecía absurdo y una pérdida de tiempo! 



"No es mi culpa", "yo no he sido", "es que esto o lo otro no funciona", "las cosas son así", ¿os suena?, desesperante... ¿Buscar culpables en lugar de soluciones?, ¿a donde conduce señalar?  Cuando esto o lo otro no es lo resolutivo que debería y pasamos, o al aceptar las cosas "de aquella manera", estamos alentándolo, llámalo desinterés, apatía, o mirar para otro lado..., pero no lo soporto.



Me enerva esa táctica, ese... me da igual, ese darlo todo por perdido cuando de ninguna manera es así ni muchísimo menos. Me niego, me niego, y me niego.

La diferencia entre lo que hacemos y lo que realmente podemos hacer, bastaría para solucionar la mayoría de los problemas del mundo, decía Gandhi.




¿No se trata de apoyarnos los unos a los otros y resolver?; ¿esto no va de hoy por ti... y (quizá) mañana por mí, y si no genial?




Lo de marear la perdiz no me va en absoluto, ni hacerlo, ni permitir que me lo hagan. No sé... acaba con la paciencia, insulta a la inteligencia, es una tomadura de pelo porque es mentira encubierta, y a estas alturas... como que no.



Y además... cuanto más tiempo huyas de los problemas, más agotado estarás cuando te atrapen jajaja...   

¡Feliz día del trabajo y mucho éxito!       ; )