martes, 25 de septiembre de 2018

La caja vacía




Buenas tardes,









Había empezado a escribir esta entrada desde otro punto de vista cuando mi querida amiga Marina ha enviado un vídeo por WhatsApp con el que me reí muchísimo la primera vez que lo vi porque es genial jajaja...  



En tono de humor dice algunas verdades incomprensibles para mí hasta entonces, tanto, que hizo que reflexionara sobre ciertas cosas y que encontrase en mi cerebro "una caja vacía" jajajaja..., mi caja vacía.



Mark Gungorn explica con mucho ingenio en él su teoría a cerca del funcionamiento del cerebro del hombre y de la mujer, en historia de dos cerebros. "Le he pedido a muchas mujeres que describan a su hombre ideal y describen ¡a otra mujer!"



A estas alturas supongo que todos tenemos claro que hombres y mujeres, afortunadamente, somos muy distintos, y espero que todos lo vean de manera muy positiva también. 



¿Quién se cree, cuando el hecho en sí se repite con asiduidad, que alguien aparentemente absorto en sus pensamientos, no esté pensando en nada?, jajaja... Tal vez las cien primeras veces cuele..., menos, menos, ¿las diez primeras? jajaja...



¡Pero ocurre!, contra todo pronóstico, no están pensando en nada, han desconectado..., se han relajado, han buscado un espacio en blanco en su mente y se han quedado ahí, un ratito...



Bien..., pues ese lujo no es patrimonio de los hombres jajaja..., doy fe; ¿que hay que practicar?, sí, ¿mucho?, también, peeeero, se puede conseguir, y es tan gratificante que ya no olvidaréis ni su existencia ni su ubicación jajajaja...



La experiencia me ha demostrado que suelen ser hombres los que más "pelean" por un puesto de trabajo y por mantenerlo después, literalmente. He visto cómo pueden llegar a mantener una lucha psicológica encarnizada por conseguirlo.



El instinto de manutención de la prole en ellos es tan fuerte como el maternal en nosotras, os lo aseguro, lo he vivido durante años en selección de personal. Peeeero, practicando..., mucho, mucho, mucho, con una gran convicción,esto también se puede cambiar, en ambos casos, lo prometo.



No, no quiero que las mujeres dejen de serlo, ni que los hombres lo hagan, ¡es maravilloso ser como somos!, distintos; pero si que podemos observarnos con verdadero interés y aprender muchísimo uno del otro.



Me fastidian las generalizaciones chistosas sobre la percepción femenina y masculina por injustas, pero tengo que reconocer que unos y otras las hemos ganado a pulso. No creo, como alardean entre risas, que ellos sean más simples que ellas, otra historia... es que se lo hagan. 



Somos distintos sí, pero no más simples o complicados en el pensamiento ni por género, y si existen diferencias "molestas" por nuestra naturaleza o por roles, siempre podemos mejorar en lugar de burlarnos de estereotipos establecidos que parecen inamovibles.



A la pregunta ¿qué te pasa?, estúpida en según qué circunstancias por lo obvio, contestemos ambos lo que realmente sentimos, lo que pensamos, porque si prestásemos atención al otro demostrando interés, verdadero interés, sé que en este mundo ni se formularía tantas veces, ni dudaríamos tan a menudo de la respuesta los unos y las otras.



Nos conocemos bien y nos gusta el juego que hay entre nosotros, sólo hay que fijar las reglas entre ambos y cumplirlas, porque estas son las mismas, ¿...o no?



Ahí está el quid de la caja vacía...        ; )