¡ Buenos
días !
"Tienes que
cambiar de hábitos..., ¡debes tomarte la vida con más tranquilidad!, el estrés
te está minando".
La primera
vez que te lo dicen es como..., buaaa... ¡médicos!, siempre exagerando... Pero
pasan los meses, no haces ni caso o muy poco, y llega el segundo aviso, esta
vez más en serio, "tienes que cambiar de vida o se te va a complicar
mucho".
¿A alguno de ustedes le han
"sentenciado" ya de forma tan drástica?
No es dejar
de fumar..., hace años que no fumo; ni seguir una alimentación sana..., que
también; ¡te piden que cambies de vida!
Está bien,
piensas, a partir de ahora, no sólo lo intentaré, voy a controlar todo lo que
me provoca estrés, ...y descansaré más los fines de semana. ¡Ya está!, con eso
bastará.
Y sí, empiezas
a ser consciente de lo que te estresa, y realizas tu nuevo "planning de conducta", ese que, en
el fondo, sabes perfectamente que no podrás llevar a cabo. Pero te engañas,
...y así te sientes mejor, al menos de momento.
Sobra decir
que pasadas las primeras semanas todo vuelve a la "normalidad". Y
justo cuando tu normalidad está de nuevo instalada en tu vida.., ¡zasss! No sólo no has avanzado, has retrocedido.
Ahora la
"sentencia" es firme. "Ana..., debes cambiar de vida". Y ahora sí..., esa pausa se te mete tan
dentro, que por primera vez entiendes que has de hacerlo, porque tú no vas a cambiar.
Aunque esto
esté pareciendo algo trágico, he de
decir a mi favor que cuento con una capacidad de adaptación enooorme, con lemas como... "busca el lado bueno",
"no hay nada imposible", "todo ocurre por algo",
"poder es querer"; y mi favorita... "la vida hay que tomarla como viene".
Les aseguro
que aunque hasta ahora haya sido rebelde en aceptar de buen grado estas
"medidas impuestas", como siempre
he enarbolado la bandera de mi filosofía de vida, creo que es esta filosofía la que me permite
afrontar con la misma ilusión esta nueva etapa, que será sin duda
maravillosa.
Porque no hay nada imposible, y
porque ¡ poder es querer ! ; )