martes, 11 de diciembre de 2018

Algo más que comida



Buenos días,





"La comida es el cuarto motivo para ir a un restaurante" he leído que decía uno de nuestros estrellas Michelín. "El primero es la bienvenida; el segundo, el ambiente; y el tercero la decoración", seguía. 

Cierto..., tal vez no sea ese el orden en el que inconscientemente pensamos cuando elegimos un restaurante para comer, pero una vez cruzas su puerta sí que estableces de inmediato esa disposición, ¿no creéis?

La bienvenida, el ambiente y la decoración suman o restan tanto que acaban determinando el éxito o el fracaso de esa comida, tanto que de ello va a depender que anotes como favorito "el pack" o lo taches de tu lista para siempre.

La atención en la sala es bajo mi punto de vista una asignatura pendiente y no la única, porque ¿en cuantos restaurantes que conozcáis de un nivel aceptable, os sentís como en casa?, en pocos... muy pocos ¿o no? 

Comodidad, intimidad, ambiente, iluminación, buen servicio... y aún no hemos empezado a comer. ¿Es mucho pedir sin tener que dejar allí una buena parte de nuestro sueldo?, yo creo que no, más bien pienso que hemos sido muy permisivos con el "envoltorio" de un buen plato durante mucho tiempo. 

Muchos restaurantes... y bastantes menos profesionales... esto sin tocar el tema de la gestión de las bebidas, toda una próxima revolución como apunta con muy buen criterio nuestro experto.

¿Por qué hay taaanto mal restaurante...?, no sé vosotros pero yo echo de menos la ilusión, la ejemplaridad, el orgullo del trabajo en equipo bien hecho, la confianza, ¡el entusiasmo! en un trabajo que al estar cara al público debe ser por difícil, vocacional.

Ya es sabido que no me gusta cocinar y también cuanto valoro la buena cocina por el mismo motivo. Creo que es casi mágico lograr un plato exquisito, que no rebuscado, no hablo de eso, y cuando se consigue y te hace disfrutar de una grata experiencia hay que valorarlo.

No, no todo el mundo debería poder abrir un restaurante porque hacerlo con éxito conlleva un don, y los tocados con esa barita mágica son pocos, y lo peor, todos los demás se creen chefs, gestores, relaciones públicas e interioristas jajaja... y así nos va. 

¡Zapatero a tus zapatos!, y si eres aprendiz aprende, no te apresures y disfruta, que nadie nace sabiendo.

No, no hay una segunda oportunidad para causar una buena primera impresión, y ya se sabe... con la comida no se juega.    ; )