Buenos días,
A lo largo de mi vida he reconocido más de un error por tener a ciertas personas en lo alto de un pedestal, en ese mismo en el que yo les puse jajaja, ...allí, muy arriba.
En mi favor puedo alegar que era el amor la fuerza que me empujó a situarles tan tan alto, y los actos cometidos por amor, como ya sabéis, tienen toda mi indulgencia.
Los hechos son importantes, pero las palabras no lo son menos. El modo en el que hablamos nos define totalmente como si de un retrato se tratase, y las palabras que elegimos pueden llegar a tener tanto peso como cualquier hecho.
Vivimos en la época de los iconos..., iconos de belleza, de moda, del deporte... y entremezclados con estos y subidos en sus pedestales también, hay niñatos, millonarios y farsantes.
Las palabras que utilizamos son muy importantes sí, por eso hay que hacerlo muy bien y con cuidado.
No veo una salida sensata a esta idolatría sin razón ni a corto ni a medio plazo, pero al menos no confundamos churras con merinas por favor.
Ya que nos gusta tanto elevar a los altares a cualquiera, por qué no pensamos antes con calma si merece tal privilegio.
Ni tanto tienes, ni tanto vales, ni todo vale... porque si de repente todo es importante, todo pierde su importancia, ¿no creéis?
Es tan viejo como el mundo..., lo que cambia es "el santo" que en cada época se sube al pedestal. ; )