¡ Buenos días !
Me levanto..., pongo música..., y empiezo a despertar. Un zumito de naranja, ejercicios aún dormida, y ...al oír esa canción que me
encanta ¡bailo!, bailo mientras se hacen el café y las tostadas, en uno de esos
momentos que nos regala el día en el que todavía sigo "en una nube".
Esta maravillosa sensación dura hasta que oigo cerrarse
la puerta de casa detrás de mí al salir. En ese instante recupero la realidad.
Hay que pagar las facturas... tenemos muchas necesidades que cubrir...
A lo largo de nuestra vida vamos adquiriendo cosas. Son
nuestras propiedades, nos pertenecen. ¿...Nuestras?, ¿estamos completamente seguros?,
¿o les pertenecemos nosotros a ellas?
Nos hemos creado tantas necesidades, que debemos
dedicarles prácticamente todo nuestro
tiempo y esfuerzo, en aras de ¿un bienestar mayor?, de un "bienestar"
sin límites que nunca acabamos de satisfacer.
Se crean constante e incesantemente..., necesidades por las que luego nos cobran.
Es así..., y cuando la dependencia es total el precio sube ...y sube.
Esto me conduce de forma inevitable al tema de nuestra
libertad... ¿Somos o no somos libres?, no bajo mi punto de vista, y es sólo mi opinión. Podemos conseguir una libertad interior, ¡que ya es un logro!, pero no es suficiente, no para mí.
Imagínense realizando el tópico de largarse a una isla
desierta. En realidad si dejamos de convivir en una sociedad "libre",
no tendríamos porqué seguir contribuyendo al mantenimiento de unos servicios
que ya no vamos a disfrutar. Pero no es así, ...está bien pensado, debemos seguir
haciéndolo de por vida o perderíamos todo lo material.
Qué iluso quien afirma "¡yo tengo!". Yo tengo
impuestos sería más acertado; IRPF, IVA, IBI, Impuesto de circulación, de
estacionamiento..., hay tasas para aburrir.
Sí, sí..., pero... no
apetece salir de la zona de confort. Además..., a cambio de esta dedicación que nos esclaviza,
tenemos educación, sanidad, y cultura y tecnología; ...y un miedo
horrible a perderlo todo.
No sé a ustedes, pero a mí no me gusta que me organicen
la vida, no me gusta que la manipulen otros a su antojo. Y lo que es más
importante, no me gusta que me
consideren idiota, ni que insulten mi inteligencia.
Y ahora díganme..., ¿dónde está nuestro libre albedrío? ; )