martes, 20 de marzo de 2018

El mío






Buenos días,











Me dijo en una ocasión que era mi padre desde que nací y que lo sería hasta que él muriese, pero se equivocaba porque... aún lo es, lo será mientras esté viva, y estoy segura que incluso después también.



No era muy hablador como yo jajaja..., prefería escuchar, pero cuando hablaba tras insistirle pidiéndole su opinión sobre cualquier cosa, siempre me regalaba un tesoro de sabiduría. Era como waaaooo... y me dejaba pensando largo rato mientras sonreía observándome.



¿Sabéis...?, solía renegar de mi mala suerte por tener un padre tan mayor..., sentía pena y rabia al pensar que me faltaría pronto; de ahí su empeño en mentalizarme de que yo sola podría con todo, en intentar hacerme fuerte, en conseguir que confiase en mí misma. Solía..., pasado, porque ahora sé que era un gran privilegio contar con esa sabiduría que da la larga experiencia.



Me empapé de él y siempre está conmigo, le busco en mi interior inconscientemente todos los días, guardo sus tesoros a buen recaudo para utilizarlos cuando lo necesito, aparece ante mí cuando dudo dándome la mejor respuesta, y por supuesto siento su amor incondicional y nada imparcial jajaja... pegado a mí como una sombra.



No era perfecto, ¿quién lo quiere...?, no yo. Mis mayores triunfos vienen de sus grandes derrotas, sus fracasos han sido los pilares de mis éxitos, y sus debilidades me han hecho fuerte. ¿Qué más se puede pedir? 



Gracias por no ser el mejor padre del mundo, gracias por ser... el mío.        ; )