Buenas noches,
¿Os pasa como a mí que alguna vez y como... muy de repente, sentís la imperiosa necesidad de
cambiar algo que lleváis haciendo mucho, muchísimo tiempo?
Me ocurrió con la minifalda hace años, recuerdo que me encantaba una falda en A de paño color camel y la usaba siempre con leotardos porque soy muy friolera. Un buen día, como tantas veces, acabo de vestirme, me miro en el espejo y pienso...
no, ya no.
Sigue sentándote bien, te dice una vocecita dentro de ti, pero no, ese día y en ese preciso instante terminó tu época de minifalda jajaja...
Pues con el pelo me ha ocurrido lo mismo hace unas semanas, me miro..., me giro, vuelvo a mirar y decido concluir la fase de pelo largo. Claro que esta vez, como no era cuestión de quitarse una falda, cogí las tijeras y zas jajaja...., y hasta
me gustó el resultado.
Y pienso en cómo vamos relativizando todo lo banal, en cómo vamos deshaciéndonos de pesos absurdos y en como día a día nos sentimos más ligeros porque nuestra maleta también lo está.
Es una especie de liberación..., quiero esto y lo otro no, y lo quiero ahora, lo quiero ya, y no puedo esperar.
Nuestro destino nunca es un lugar sino una nueva forma de ver las cosas. ; )