Buenos días,
¿Qué hace que tu corazón encoja de temor?, ¿qué hechos, qué cosas, qué palabras te sobrecogen?
Hay distintos niveles de sobrecogimento, de temor, ¿verdad?, y comparto la idea de un amigo que lo clasificaba medio en broma medio en serio en el siguiente orden, aunque ignoro si en sentido ascendente o descendente jajaja...
Miedo, pánico, terror, "tenemos que hablar" o "hay algo que no te he dicho", "creo que estoy embarazada" y, "cielo, olvidaste tu móvil en casa" jajaja...
El pánico no es lo mío, por eso intento que no me sorprenda, y cuando lo hace procuro reaccionar más o menos bien yendo directamente al origen, si es que puedo.
El terror, el horror..., lo siento como todos desgraciadamente casi a diario. Son los crímenes, las guerras, abusos, violaciones, atentados, ...injusticias. Mi miedo es que nos acostumbremos a él, que no reaccionemos, incluso que huyamos en lugar de afrontarlo.
Es complicado y muy escabroso atajar el origen de tanto horror, pero hay que intentar llegar hasta donde podamos, cada uno desde su posición y con sus posibilidades, porque acostumbrarse a cualquier tipo de terror es admitirlo y consentirlo, y eso sí que sería lamentablemente terrorífico.
Y cambiando de tercio hacia lo más cotidiano llegamos al "tenemos que hablar", o lo que quizá sea aún peor, el "hay algo que no te he dicho". Personalmente tengo que admitir que sencillamente me salto este paso jajaja..., los preámbulos y yo no nos llevamos bien, y seguro que es un error, un grave error, porque reconozco que mis "jarros de agua fría" no dejan indiferente a nadie, pero también he de decir en mi defensa que no es algo premeditado ni calculado, se trata de ser práctica, ¿para qué utilizar cien palabras cuando has de decir algo importante si lo puedes solucionar con seis?, así ambas partes nos ahorramos, no el mal trago, pero sí lo innecesario de que sea largo jajaja... Hablando en serio, si algo difícil se puede decir con tacto y brevemente, mejor que mejor.
Del "creo estar embarazada" estoy curada por razones obvias, pero qué injusto es que el temor a esa frase sea distinto en quién la dice y en quién la escucha.
Respecto al asunto del móvil olvidado... ¡y en manos del otro!, puedo dar un consejo muy efectivo, jamás cotillees un móvil ni nada que no sea tuyo, por muy "tuyo" que sea su dueño.
Al final, como decía ayer mi querida María, las cosas son más sencillas de lo que parecen y todo se reduce a que aquello que realmente deseas está siempre al otro lado del miedo. ; )