¡ Buenas tardes !
No hay escuela de
madres... Sinceramente creo que cada una de nosotras lo hacemos lo mejor
que sabemos y podemos, y aún así, cometemos tantos errores...
Eres madre..., eso te convierte de inmediato en... "ángel
de la guarda". Y también en maestra, confidente, psicóloga, asistente personal,
sufridora..., y sobre todo en su mayor incondicional.
"¡Es mía!", me repetía constantemente cuando nació mi hija, "¡es mía!". Lo repetí durante semanas... Era un milagro.
No puedo decir, al contrario que la mayoría de las mujeres,
que ese fuese uno de los días más felices de mi vida; ni ese, ni el día en que
nacieron mis otros dos hijos. A pesar de los casi nueve meses de embarazo, y quizá
porque estaba a partes iguales entusiasmada y muerta de miedo, tardé.., tarde mucho
tiempo en asimilarlo. No es un hecho aislado, ...ocurre con todos los
acontecimientos verdaderamente importantes de mi vida.
Elegir, reducir, cambiar, adaptarse, renunciar, y perder tu terreno..., aunque ganes otros. Es
increíble al menos para mí, cómo por muy grande que sea esta renuncia, no dejas
de sentirte culpable por no poder estar "en misa y repicando".
Pero..., ¿por qué...?; yo tengo mi respuesta, ¿y ustedes?
¿Cuántas de vosotras no ha dicho alguna vez a un extraño "lléveselo señor, se lo regalo"?
jajaja... Y van creciendo y la problemática con ellos, aunque de distinta
manera.
Cuando mis dos hijos varones tenían unos trece años, les
gasté una broma vistiéndome con una minifalda vaquera que su hermana acababa de
comprar, una camiseta ajustada de tirantes y sandalias de tacón. Les esperé así
de compuesta hasta que volvieron del colegio. O sea... me gustaría que imaginasen
sus caras de asombro, ¡no no no, aún más! Flanquearon la puerta ¡por si se me
ocurría salir! Jajajaja... fué divertidísimo, pero... me quedó grabada su frase,
"¡esa ropa no es de madre!",
¡¡¡toma ya!!!
Mujeres de mi generación... que han crecido con el
convencimiento de que si estudias y trabajas duro puedes llegar lejos, con más
oportunidades que nuestros padres, con madres que han estado en casa
animándonos a comernos el mundo, a ir a por todas. No nos contaron que ese
sueño se desvanecería al conseguir otro.
Desde que nacen y hasta
que mueras... ; )