martes, 26 de abril de 2016

Malasmadres


¡ Buenas tardes !


No hay escuela de madres... Sinceramente creo que cada una de nosotras lo hacemos lo mejor que sabemos y podemos, y aún así, cometemos tantos errores...

Eres madre..., eso te convierte de inmediato en... "ángel de la guarda". Y también en maestra, confidente, psicóloga, asistente personal, sufridora..., y sobre todo en su mayor incondicional.

"¡Es mía!", me repetía constantemente cuando nació mi hija, "¡es mía!". Lo repetí durante semanas... Era un milagro.

No puedo decir, al contrario que la mayoría de las mujeres, que ese fuese uno de los días más felices de mi vida; ni ese, ni el día en que nacieron mis otros dos hijos. A pesar de los casi nueve meses de embarazo, y quizá porque estaba a partes iguales entusiasmada y muerta de miedo, tardé.., tarde mucho tiempo en asimilarlo. No es un hecho aislado, ...ocurre con todos los acontecimientos verdaderamente importantes de mi vida.

Elegir, reducir, cambiar, adaptarse, renunciar,  y perder tu terreno..., aunque ganes otros. Es increíble al menos para mí, cómo por muy grande que sea esta renuncia, no dejas de sentirte culpable por no poder estar "en misa y repicando".

 Pero..., ¿por qué...?;  yo tengo mi respuesta, ¿y ustedes?

¿Cuántas de vosotras no ha dicho alguna vez a un extraño "lléveselo señor, se lo regalo"? jajaja... Y van creciendo y la problemática con ellos, aunque de distinta manera.

Cuando mis dos hijos varones tenían unos trece años, les gasté una broma vistiéndome con una minifalda vaquera que su hermana acababa de comprar, una camiseta ajustada de tirantes y sandalias de tacón. Les esperé así de compuesta hasta que volvieron del colegio. O sea... me gustaría que imaginasen sus caras de asombro, ¡no no no, aún más! Flanquearon la puerta ¡por si se me ocurría salir! Jajajaja... fué divertidísimo, pero... me quedó grabada su frase, "¡esa ropa no es de madre!", ¡¡¡toma ya!!!

Mujeres de mi generación... que han crecido con el convencimiento de que si estudias y trabajas duro puedes llegar lejos, con más oportunidades que nuestros padres, con madres que han estado en casa animándonos a comernos el mundo, a ir a por todas. No nos contaron que ese sueño se desvanecería al conseguir otro.

Desde que nacen y hasta que mueras...    ; )