¡ Buenos días !
Esta semana he de hacer un
ejercicio de motivación, siiiii… tengo deberes, y he pensado matar dos pájaros
de un tiro e incorporarlo al blog.
Es inevitable hacerlo desde la
perspectiva que me dan los años; y también una ventaja con la que pueden jugar
los más jóvenes, como es el caso en esta ocasión.
¿Somos libres para motivarnos,
no?, pues… ¡motivémonos!
Exprime la fuerza de la juventud, y más tarde… la de sus resquicios,
¡aún queda mucho por exprimir!
Es comprensible no ser consciente
de ella cuando te tiene totalmente engullido, pero es imperdonable no
disfrutarla al máximo cuando has experimentado su fuerza, su belleza, y te das
cuenta que se te escaaaapa.
No esperes a que se marchite ¡por
favor!, ya tendremos después otros alicientes. Siiii, cada etapa de la vida los
tiene, por eso es tan maravillosa. Disfruta
de esos retazos de juventud que aún tienes ¡Exprímelos!
Es ahora cuando comprendemos,
hace años no podíamos, la cantidad de posibilidades que tenemos ante nosotros
por lo maravillosamente únicos y diferentes que somos.
Es también ahora, cuando sabemos
que los problemas que realmente tienen importancia son esos en los que nunca
pensamos y que se presentan cualquier día cambiándonos la vida.
Por eso cada día…, ¡canta!, ¡baila!, ¡haz algo que creías imposible!; no
juegues con los sentimientos de los demás, ni toleres que nadie juegue con los
tuyos. “Ana, no pises, pero no te dejes pisar” me decía mi padre.
A veces se gana, otras se pierde, es un largo trayecto… Pero al
final esa competencia es contigo mismo.
Piénsalo…
Recuerda los elogios e intenta
olvidar los insultos. Hagas lo que hagas no
te critiques ni te enorgullezcas demasiado. Las opciones son tuyas y las
decisiones también.
Relájate…
No te preocupes por lo que piensen los demás, será tu mejor arma. “Lee las instrucciones”, pero no las sigas si
no quieres.
Ni te culpes por no tener claro qué quieres de la vida a los veinte
o a los cuarenta. Algunas de las personas más interesantes que conozco no lo
supieron hasta después. Pero… nunca te
pares, ¡darás con ello!, no te quepa duda.
¡No te pares!
Al final…, la pregunta a la que nos tendremos que contestar no será
cuándo, sino si lo logramos, sea lo que sea que queramos conseguir. ;
)
Ana, estas reflexiones hace tiempo que las llevo a cabo ( eso creo ) gracias por publicarlas un besazo 💋 guapaaaa
ResponderEliminarNo me cabe duda María. Esta entrada pueden "exprimirla" mucho mejor nuestros hijos.
EliminarLa he escrito pensando en los jóvenes, en las personas que se creen eternas, y en esas otras que están demasiado ocupadas para vivir.
Muchas gracias y enhorabuena!