martes, 25 de octubre de 2016

¿ Nacional ?




¡ Buenos días !





Es muy pretencioso adjudicarnos como pecado nacional un mal tan generalizado. Ojalá fuese una patología sólo nuestra.


La envidia, "ese sentimiento que nace en el instante en que se adquiere la conciencia de ser un fracasado", creo que fue Orson Welles quién la definió a mi parecer de forma tan acertada.



Cuando era niña, y no tan niña, obtenía a menudo de mi padre esa respuesta como explicación a muchos comportamientos que no entendía..., "es envidia Ana, ¡envidia!" Por suerte para mí, tardé en comprender el mecanismo de tan enrevesado sentimiento, pero cuando por fin lo hice, lo asocié de inmediato a un sentimiento de fracaso..., de infravaloración de uno mismo..., la brutal reacción a un complejo de inferioridad.


¿Cómo si no puede alguien permitir que arraigue ese veneno de ingredientes tan nocivos?, ¿cómo  convivir con sus devastadores efectos? Qué desperdicio de energía, qué desperdicio de tiempo, qué desperdicio de vida...



Lo realmente macabro es que se proyecta sobre un inocente que por lo general es totalmente ajeno a ello, porque es víctima de la envidia quién sin buscar provocarla la padece.



Y pena... es el sentimiento que me inunda ahora, ante quienes se han impuesto semejante castigo.






4 comentarios:

  1. Este podría ser otro de esos lastres de los que hay que desprenderse en el caso de tenerlo¡ Seguro que en ocasiones se ha manifestado en mi jeje es normal a cierta edad creo hasta que aprendes a comprender y valorar lo que si importa y lo que no¡¡ También es cierto que hay muchas formas de envidiar, y algunas muy poco éticas y sin moral..para estos casos aplico una frase que tendrá muchos años pero que he conocido hace poco "lo que Juan dice de Pedro, dice más de Juan que de Pedro"
    Un beso guapa!!

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    1. "Somos dueños de nuestros silencios y exclavos de nuestras palabras", es verdad.

      Fuera lastres Sara. Gracias por tu comentario cielo.

      Un besazo

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  2. Hola Ana,

    Totalmente de acuerdo contigo. De manual. Yo añadiría que la pura maldad, que también existe, puede ser fuente de envidia, pero quizá no sea lo más habitual, o al menos eso espero.
    También está esa envidia que llaman "sana", que tiene que ver con el instinto de superación, pero esa es otra historia...
    Un abrazo
    Lolo

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  3. Veamos... envidia "sana", o la alegría por el bien ajeno, sí la asocio con un espíritu de superación.
    Lo de la pura maldad..., es tan triste Lolo, tan pobre, que reitero mi profunda pena, y espero que acertemos en que no es lo más habitual, aunque haberlo, lo hay : (

    Muchas gracias. Un abrazo.

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