martes, 31 de octubre de 2017

La moto



Buenos días,





"El lujo empieza cuando la necesidad acaba", decía Coco Chanel. Ahora que las falsas necesidades pasan por los filtros de las redes sociales me pregunto qué es el lujo...

Se ha creado una necesidad que no es tal, porque ¿qué es..., un producto, un estilo de vida?, hasta definirlo es complicado, ¿verdad?

Aparte de lo absurdo, pero exitoso, de vender la moto a través de la comunicación con una buena imagen para crear esa ilusión de poder tocar con la punta de los dedos ese paraíso siempre imaginario y tan atrayente para una gran mayoría, creo que el lujo va más de sensaciones, tan distintas y cambiantes como personalidades puedan existir...

En términos generales podemos pensar en calidad, como la base, sea cual sea la idea que tengamos en la cabeza. En exclusividad bien entendida, como no masiva. Y por supuesto, y quizá por deformación profesional, en diseño, en cuanto a su vertiente de diferente, práctico y hermoso. 

No es mi idea, creo que es la objetiva de cualquiera, sin excentricidades. Pensar en lujo es... hacerlo, en una playa sin masificar que no esté de moda, en espacio libre donde poder moverte en casa, en esa prenda que es tan confortable, en conducir sin prisa con mi música o reunirnos alrededor de una mesa para comer con buen vino, y no de edición limitada, y charlar..., charlar durante horas..., cosas así.

Sin embargo esa condescendiente mayoría desea entrar en el mundo del lujo que proyectan fuertes estrategias de comunicación hablando de un estilo de vida que implica usar estos y aquellos productos. Es increíble... pero pensad si no, por ejemplo, por qué el mercado de los perfumes tiene tanto éxito. Las fragancias, a diferencia de otros productos, son accesibles, son el lujo de élite bajado a la calle, algo a lo que pueden llegar, donde entra en juego lo aspiracional que tiene ese tipo de lujo.


El lujo es un estilo de vida, tu vida, y es valorar la calidad siii, sobre todo del tiempo, tu tiempo. Marca tu camino... e intenta que los árboles no te impidan ver el bosque.      ; )





2 comentarios:

  1. Hola Ana
    (segundo intento tras fallo informático provocado por los malos de la película).

    Lo apuntas al final de tu blog y me apunto al verdadero lujo: el de disponer de nuestro tiempo como lo que es.

    Es ese nuestro tiempo el verdadero bien escaso por definición, y por tanto el de valor más elevado según las leyes ancestrales del intercambio económico.

    Así que lo más sensato que podemos hacer es dar gracias cada mañana, al despertar (no necesariamente levantarse), por el tiempo que nos queda e intentar disfrutarlo como nuestro manjar más codiciado.

    Si puede ser con manajares espirituales y sensoriales mejor que mejor, y aquí la panopila de opcioens es infinita, aunque no lo parezca.

    Gracias por recordarme lo más básico con tu artículo de lujo.

    Un abrazo / Lolo

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    1. ¡El tiempo es oro!, el que tenemos todos los días, todas las horas, cada minuto, cada segundo.

      Lolo pienso así en el tiempo inconscientemente, como algo muy valioso que tengo y disfruto conscientemente y nunca como algo que me queda, nooo. Lo tenemos aquí y ahora, no existe de ningún otro modo, ¿no crees?

      Creo entender lo que dices en tu último párrafo, y estoy completamente de acuerdo, aunque no lo parezca ; )

      Muchas gracias, te echaba de menos por aquí.

      Un abrazo

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