martes, 6 de noviembre de 2018

Como en la película



Buenos días,









¿Habéis visto "Criadas y señoras"?, la película protagonizada por Emma Stone, "The help" en versión original, seguro que sí.



Skeeter, una chica de la sociedad sureña de los sesenta, regresa de la universidad decidida a convertirse en escritora, y revoluciona su pequeño pueblo de Mississippi cuando comienza a entrevistar a mujeres de color que han pasado sus vidas trabajando en las casas de las familias más prominentes.



Indignante el trato que sufrían en algunos de estos hogares ¿verdad?, intolerable además de humillante e injusto lo que ocurría entonces, y no sólo en esos estados. 



Entonces... pero, ¿y si siguiese ocurriendo ahora?, sí, hoy en día, en nuestro mundo, en nuestro propio país, muy cerca de nosotros.



Y lo que es peor..., si se estuviese fomentando e incrementando esa desigüaldad envuelta en una falsa "caridad" que ensalza a los altares a las "señoras", y hunde poco a poco la vaga ilusión por vivir dignamente de las "criadas".



Dentro de ese contexto, no puedo encajar estas dos palabras, ni señora, ni criada, por la falta de autenticidad, ni las primeras hacen gala de ningún respeto, categoría o dignidad con su comportamiento, ni las segundas tienen libertad por estar sometidas bajo el dominio de las anteriores. Tiranas de guante blanco y sumisas esclavas más bien, siempre, y me gusta insistir, sin generalizar por favor, pero haberlas, las hay, doy fe.



¿Quién no ha escuchado en primera persona la famosa sentencia de "esto es lo que hay y si no lo quieres tengo a muchas personas esperando"?, y lo aceptas... sueldo, soberbia, menos precio y humillación, tooodo el pack. No sólo tú o yo, todos. Y la sombra de la, llamémosla señora, se hace más grande y la nuestra más pequeña, cada vez más y más pequeña.



Lo que no quieras para ti no lo desees para nadie, "señora", y no... no eres superior, sólo tienes más dinero. Porque esto va de dinero, ¿cuándo tendrán bastante...?, y de soberbia, egoísmo y egocentrismo, de vanidad, de poder, de ese juego del poder...,, y sobre todo de insolidaridad e injusticia social. Eso de lo que todo el mundo habla pero nadie soluciona.



Pobres infelices mortales discapacitados, que se encuentran de golpe con una miserable cuota de poder.        ; )





2 comentarios:

  1. Ana, magnífico y valiente el artículo. Textos cómo éste definen perfectamente a la persona que los escribe. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Sólo es lo que hay en muchas casas de la ¿alta sociedad? y no tan alta, que no en todas.

    Muchas gracias Juan. Un abrazo.

    ResponderEliminar