Buenos días,
Una vez, hace ya algunos años, al intentar que mis jefes cumplieran su palabra respecto a la recompensa económica por la consecución de objetivos en el trabajo, me dijeron, mejor dicho, uno de ellos me dijo, el otro jamás daba la cara cuando había que hacerlo, que no tratase a mi equipo como a personas, que era un error. "Sólo son números, y te irá mejor en tu vida laboral si adoptas nuestra filosofía"
¿Increíble?, bueno... no creo que a nadie con cierta experiencia profesional se lo parezca porque se lidia, o no, con ello tooodos los días.
Dentro de este "pack" debe entrar también el agradar a según que jefes, siempre sin perder de vista el objetivo de mejorar nuestra trayectoria laboral. Hay, por lo visto y lo vivido, una larga lista de requisitos no escritos, de normas a cumplir que no aparecen en ningún contrato de trabajo.
Bien..., pues en la vida en general ocurre, porque sigue ocurriendo, algo parecido muy a mi pesar. En determinadas circunstancias se nos trata como a números, y no hay casi nada en este mundo que me indigne más, y digo casi porque algo mucho, muchísimo peor me rompe por dentro cada vez que ocurre, le ocurra a quien le ocurra.
Cuando a una persona se la agrede emocional o físicamente, algo se nos rompe a todos en nuestro interior; cuando nos hacemos cómplices de ello con nuestro silencio o indiferencia, algo sagrado empieza a quebrarse; y cuando intentamos justificarlo ante la imposibilidad de comprenderlo, se destruye y ahora sí, de forma irremediable algo dentro de cada uno de nosotros. Ese algo es la esencia de la persona, ese algo es lo que la diferencia de una bestia, y cuando se destruye sólo queda el animal, con todos mis respetos hacia ese otro milagro de la naturaleza.
Mi padre repetía constantemente, aludiendo al comportamiento humano en situaciones extremas, que en la guerra las personas dejan de serlo para convertirse en masas, en manada, pero desgraciadamente no sólo en situaciones límite se cometen abusos, ¿verdad?
"Mi hijo no es así", "mi hermano no haría algo así", y por supuesto "mi marido es incapaz de ese comportamiento", tal vez..., les doy el beneficio de la duda individualmente por lo de no juzgar a nadie, tal vez..., no lo sé..., pero en manada sí, en manada ciertas personas dejan de serlo.
Hay dos lados, el de las víctimas y el de los que las hacen. No hagamos leña del árbol caído, no lo permito, no lo permitamos... El universo y su equilibrio mandan, pero hasta entonces la razón, el orden y la ley deben imperar.
Justicia, pido justicia ejemplarizante. ; )
Hola Ana:
ResponderEliminarQuizá me salga un poco del tema, pero… Una vez más hablará el anarquista que reside en mi interior y quizá ese anarquismo se encuentra cada vez más en mi exterior.
¿Números? ¿Masas? ¿Cifras? ¿Estadísticas? No se habla de seres humanos.
El ser humano es “útil” al sistema en la medida en que reporte utilidades y así es como el ser humano se convierte en una cifra.
Mi madre, una mujer de 77 años con un historial bancario impecable durante toda su vida hoy en día es una cifra más.
Hace poco le hablaron de su banco HSBC, ese banco en donde le depositan una miseria de pensión que le retribuye el estado al que le brindó su vida y su vista al impartir justicia en oficinas improvisadas con luz deficiente para constituir un juzgado.
Pues como mi madre no ve bien, me pidió le acompañara al banco para ver qué es lo que querían.
Cuando estuvimos sentados frente a la ejecutiva bancaria le informó que su línea de crédito había disminuido en más del 50% y que era una decisión tomada de forma unilateral por el banco y que tampoco estaban dispuestos a renovar su seguro de vida bajo el criterio de que el banco pierde.
No pude ver los ojos de la ejecutiva bancaria que nos dio la deleznable información pues se notaba la vergüenza en su rostro y clavó la mirada entre los legajos de su escritorio. Tampoco pude desahogar mi desprecio ante la situación pues era evidente que ella no era la persona idónea.
Los viejos no son más que cifras, números, estadísticas inservibles para el sistema.
¿Y qué es el sistema? O mejor dicho: ¿Quienes son el sistema? Me pregunto yo. Creo que el sistema lo integran ese pequeño conjunto de personas que forman el 3% de la población mundial en dónde se distribuye la riqueza y el 97% no cuenta si no les significan más ganancias.
No soy socialista o comunista al estilo clásico que en éste mundo capitalista es tomado como algo reprobable. Pero… ¿Acaso está mal mirar por el bien común? ¿Acaso es equívoco pensar en el bien social?
Soy afortunado, tengo casa comida y sustento, pero hay millones en el mundo que no saben que han de comer hoy, esos seres humanos son cifras y quizá puedan aportar dinero indirectamente al sistema como carne de cañón en una guerra o en el narcotráfico.
Hoy comentaba en Facebook que es imposible mirar a profundidad los problemas o encontrar sus soluciones si nos pasamos la mayor parte del día tratando de ganar dinero para comprar comida, pagar la renta de la casa o el piso como dicen en España, o para pagar la tarjeta de crédito, o la hipoteca de la casa, o la mensualidad del carrito que nos lleva y nos trae.
¿Cómo salir del sistema si somos parte de él? Así que equivoqué la premisa al pensar que sólo eran ese 3% de multimillonarios.
No critico a nadie pues sé que no es posible vivir como asceta en la montaña pero sería maravilloso que el sistema fuera otro.
¿Te imaginas un sistema en donde el individuo valga más por su moral, su educación, su determinación, su habilidad, su inteligencia y su sensibilidad, que por la cantidad de dinero que reporte a quienes lo atesoran?
Recibe un fuerte abrazo y un beso desde acá hasta allá.
Hola Alberto,
ResponderEliminarLo imagino, y es más, predico con el ejemplo porque mis convicciones son esas exactamente. Creo que hay que empezar por ahí, y seguiría después de sumarme a tu indignación, dirigiéndome a la persona indicada en la cuestión que afecta a tu madre, ¡encuéntrala!
Hay situaciones que nos desbordan, pero incluso así, desbordados, debemos hacerles frente. Ellos se valen de nuestra desidia para vencernos Alberto, no lo permitas, inténtalo al menos. Yo no puedo contemplar otra reacción.
Totalmente de acuerdo en el resto de tu exposición, no es tan solo ese 3%, todos colaboramos de alguna manera, sí, pero unos más que otros, siempre podemos negarnos a "comprar la moto"
Oye... disculpa por mi demora en contestarte, por favor, y no la confundas con falta de interés y menos aún en este caso. Las injusticias son inadmisibles, pero en el caso de las personas mayores y los niños...
¡Arréglalo!
Dos abrazos, uno para ti y otro para ella.
Insisto en