Buenos días,
Le pese a quien le pese y aún a sabiendas que nunca es así, los políticos, y sobre todo estos que van ahora de conciliadores, no deberían hacer distinción ninguna entre sus "hijos". Mal vamos si nuestros representantes empiezan mandato revolviendo la mierda, con perdón, una vez más.
Es tal el hartazgo que tengo y tenemos muchos de la utilización y manipulación del dichoso tema de la guerra civil, que de hoy no pasa para que refresque algunas memorias que insisten en seguir haciendo dos bandos de españoles, el de los buenos y el de los malos.
Dicho sea de paso, y para que aprenda quién lo necesite como hice yo, mi padre después de haber vivido los tres años de guerra combatiendo y sufrido el asesinato de dos de sus hermanos, no se cansó nunca de repetir que en la guerra los hombres dejan de serlo para convertirse en masas, y las masas son capaces de cometer las peores atrocidades.
Yo creía y quería, que la Ley de Amnistía de 1977 y la Constitución de 1978 significase la reconciliación nacional que dejaba la guerra atrás. Esa guerra en la que ambos bandos se dedicaron a matar al enemigo, aunque una vez más ahora se pretenda santificar a uno y demonizar a otro.
Eso no es reescribir la historia, eso es mentir, o al menos intentar prohibir que se cuente toooooda la verdad, por muy Ley de Memoria Histórica que se llame.
El 2 de julio de 1936 unos pistoleros de las Juventudes Socialistas Unificadas entraron en un bar frecuentado por jóvenes y mataron a dos estudiantes falangistas. Poco después, pistoleros de derechas asesinaron a José del Castillo, teniente de la Guardia de Asalto y conocido socialista. Ya empezamos...
El 12 de julio de 1936 un capitán de la Guardia Civil llamado Fernando Condés, izquierdista que había participado en Madrid en la asonada contra el Gobierno de Lerroux en 1934, vestido de paisano y acompañado por cuatro pistoleros socialistas de la Motorizada, tras presentar sus credenciales a los policías que protegían al parlamentario José Calvo Sotelo, subieron al domicilio de éste y se lo llevaron en una camioneta de la Guardia de Asalto, siguiendo el habitual procedimiento de la izquierda de la época. El prietista Luis Cuenca le pegó dos tiros en la nuca. Después fueron al cementerio de la Almudena y tiraron el cadáver a la entrada del tanatorio. Condés fue a esconderse a casa de la diputada socialista Margarita Nelken.
Estalló la guerra y en la retaguardia republicana fueron asesinadas unas cuarenta mil personas, entre ellas siete mil sacerdotes, monjas, seminaristas, incluyendo a doce obispos, ...por ser religiosos.
Se ha dicho que en Madrid llegaron a funcionar, y usando esa terminología rusa, más de sesenta checas. Mediante estos procedimientos de detención ilegal sólo en la retaguardia madrileña se asesinaron a más de diez mil personas.
La checa más famosa, "la brigada del amanecer", dirigida por el que fuera secretario general de UGT, Agapito García Atadell, entraba en las casas saqueándolas y matando a quien les resultaba sospechoso.
Cuando, en noviembre de 1936, las tropas franquistas amenazaban con tomar Madrid, el valiente luchador García Atadell arrambló con buena parte de lo robado y junto con dos cómplices y sus respectivas esposas se fue a Marsella, tomando un barco en el puerto francés hacia América y haciendo escala en Las Palmas donde fue detenido y trasladado a la cárcel de Sevilla, en la que coincidió con el escritor Arthur Koestler, y donde le administraron su propia medicina.
Decidme... ¿Fue Atadell una víctima del franquismo?
La gente de mi generación, y menos aún la de generaciones posteriores, no tenemos responsabilidad alguna ni en estos hechos ni en todos los que se sucedieron, y el Partido Socialista Obrero Español como persona jurídica haría bien en echar al olvido todas las atrocidades de la guerra, las de uno y las de otro bando.
Lo peor... es caer una... y otra vez … en los mismos errores que hemos criticado durante décadas, y mentir..., sobre todo mentir.
¿Por que..., qué es peor, la bazofia demagógica de las izquierdas, donde no hay manoseada estupidez que no se proclame como hallazgo, o la patriotería derechista, que se complace a fuerza de vulgaridad en hacer repelente lo que ensalza?
¡Qué país..., mi país! ; )
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