Buenas tardes,
Yo era uno de esos adolescentes a los que todos sus allegados le proponían planes de futuro y todos distintos... Estudia magisterio, te sobra capacidad y te resuelve una vida sencilla y cómoda, me aconsejaba mi primo favorito; siempre estás viendo películas de abogados, ¡te encantan!, no sé qué tienes que pensar, me decía mi padre; eres buena en dibujo y matemáticas y te gustan, estudia arquitectura, coincidían mis profesores.
Como ya sabemos, todo o casi todo tiene un lado bueno y otro malo o no tan bueno, y ahí estaba yo... dándole vueltas y vueltas a los pros y los contras... y más perdida que Adán el día de la madre jajaja...
Con el tiempo he aprendido que en esto de dedicar tu vida a algo también hay que sentir flechazo, ¿no creéis?, que todas las respuestas a nuestras preguntas las tenemos, pero casi nunca sabemos encontrarlas porque una y otra vez cometemos el mismo error buscando fuera. Me repito, lo sé...
Pasados los años es más fácil, el alboroto exterior decrece hasta casi desaparecer y uno empieza a escucharse a sí mismo..., es entonces cuando poco a poco vas encontrando las respuestas acertadas a esas preguntas.
Lo establecido está bien como guía, como manual de instrucciones, como orientación a esta u otra opción, y los consejos también, pero al final si no atiendes a tu instinto eres una gota de agua que se funde en la inmensidad del océano dejándose llevar por la marea, ¿o no...?
Se le da tanta importancia en la educación a cosas que no la tienen tanto y tan poca a otras que son fundamentales...
¿Y qué es lo normal, lo correcto?, ¿convertirse en esa gota de agua...?, si te llena y te hace feliz bien, pero... ¿y si no?
Ha sido establecido científicamente que el abejorro no puede volar. Su cabeza es demasiado grande y sus alas demasiado pequeñas para sostener su cuerpo. Según las leyes aerodinámicas sencillamente no puede volar. Pero nadie se lo ha dicho al abejorro..., así que vuela... ; )
Lo hicimos porque nadir nos dijo que era imposible...
ResponderEliminarJajaja... por eso y porque nuestra fuerza interior y nuestra confianza en nosotros mismos ahora es grande.
EliminarGracias Inés y disculpa la tardanza en contestarte, no me da para más la vida.
Un abrazo enorme.
Tú llevabas las respuestas en tus genes que fueron madurando en tu infancia y en tu juventud. Pasados unos pocos años explotaron y salieron a flor de piel. A partir de ese momento, comprendiste lo que eres y lo supiste desarrollar. Ahora ¿eres gota u océano?, me imagino que según el día pero tu naturaleza es ser océano.
ResponderEliminarGenes, espíritu..., no sabría decir que pesa más, lo que sí es cierto es que las circunstancias muchas veces te desvían del camino y cuesta salir de esa inercia del "mar".
EliminarLo logré, casi del todo, pero me llevó mucho tiempo, muchos años, nada que merezca la pena es fácil, ahora soy lo que quería ser, soy yo.
Gracias por tu comentario Juan aunque no sea acertado para mi caso, no es fácil conocer a una persona, también lleva mucho tiempo, muchos años.
Saludos