Buenos días,
Ayer rompieron mis globos..., sí esos globos tan bonitos que aparecen en la foto de esta entrada, que suben desde la placa de mi Estudio y recorren con sus colores toda la gran ventana.
El viernes mientras los colocaba con esa ilusión que me embarga con la llegada de cada Navidad, tuve un nuevo aliciente, ¡los niños...! Debíais haber visto sus caritas llenas de ilusión y sorpresa... Sólo por ver esos ojos brillando mereció la pena hacerlo.
No puedo entender qué ha llevado a alguien a destrozar esa magia, no comprendo con qué intención lo ha hecho, no se me ocurre qué clase de persona llega a mi casa ya provisto de algo punzante y sabiendo que estamos dentro comiendo, aprovecha el momento para
explotar todos los que puede.
¿Quién hace eso?, y... ¿por qué?, ¿cómo calificarlo...?, duuuaaaagg
No, no voy a volver a colocar nuevos globos y hacer como si nada hubiese pasado, no, creo que es mejor dejar esos globos rotos colgados y recapacitar sobre lo ocurrido...
Nuestra cabeza es redonda para permitir a nuestros pensamientos cambiar de dirección, y tal vez esto de los globos vaya un poco de eso, de no querer cambios, de preferir que todo siga igual, igual de aburrido, de predecible, igual... en definitiva.
¿Qué pensáis?, en serio, me interesa, ¿de qué creéis que va todo esto?
Como decía Darwin, no es la especie más fuerte ni la más inteligente la que sobrevive, sino la que responde mejor al cambio. Toma nota explota globos jajajaja... ; )
Hola ana!
ResponderEliminarLos globos llaman la atención , haces que te quedes mirando más de lo normal la entrada de tu estudio , y hace aparecer .
a dos tipos de personas que existen.
El primer tipo de persona admiraría la idea que has tenido ,sonreiría y puede que hasta tome nota para su próxima decoración o cena navideña .
Pero por desgracia también existen el segundo tipo que son en mayúsculas los ENVIDIOSOS , carroñeros . Estas personas también admiran el detalle que has tenido , pero se retuercen porque tú lo tienes y ellos no, y hacen explotar esos llamativos globos . Ni contigo ni sin ti.
Por desgracia hay que saber convivir con dichos envidiosos carroñeros y , como dices tú adaptarse a ellos .
Hay ana !!!
Si la envidia fuera tiña !!
Un beso muy fuerte
Ese veneno que algunos se toman esperando que dañe a otros... menuda paradoja.
ResponderEliminarYa pasó... no te preocupes, no merecen la pena. Disfrutemos de y con la buena gente, esa que sonríe ; )
Muchas gracias por tu comentario por tu valentía y tu apoyo.
Un abrazo muy grande Pilar.