martes, 10 de enero de 2017
A cuadros
¡Buenos días!
Hay circunstancias, hechos y palabras que me bloquean. Por unos segundos, a veces minutos, entro en una especie de perplejidad que me turba. Es una sensación que "tira" hacia afuera arrancándome bruscamente de mi paz interior.
Son esas veces en las que de inmediato me pregunto, pero bueno... ¿y esto?, pero... ¿qué he hecho yo?, a ver... a ver... ¿he escuchado, he leído bien?, porque sin comerlo ni beberlo ahí estás, en medio de un fuego cruzado que no sabes ni cómo ni por qué se inició.
Mi reacción lleva un proceso totalmente involuntario, pero inevitable. Primero confusión, pasando por la incredulidad seguida de la confirmación del hecho en sí, para acabar bloqueada, y no sabría decir si únicamente por esa incredulidad, o por la mezcla del asombro y una decepción infinita. Vamos, que se me debe quedar la cara... "a cuadros".
¡La vida te da sorpresas!, de todo tipo, y por eso es tan jodidamente emocionante jajaja...
La cuestión llegado el momento es entrar o no entrar al trapo, y yo elijo no sufrir. Eso sí, cuando el origen de la contrariedad implica a alguien que me importa, lo aclaro, y una vez hecho me digo, "Ana, disfruta de lo que la vida te ofrece y no le pidas peras al olmo".
No soy nada conformista, pero me gusta tan poco lamentarme como las discusiones estériles y no le doy a muchas cosas ahora, más importancia de la que veo que en realidad tienen.
La vida hay que tomarla como viene, y trae de todo, ...eso es inevitable, pero la decisión de cómo me afecta es sólo mía. ; )
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